San Miguel de Comondú B C S 1952.
Luego de haber madrugado,
Un café, Don Arturo preparó,
A una piedra encaramado,
Muy tranquilo se lo echó,
Y en las hornillas dejó,
Un vaso ya preparado.
Cuando de campear volvió,
Se tomó el recalentado,
Y en el vaso vislumbró,
La cachora hecha pedazos.
Creyó estar envenenado,
Don Arturo, y Olegario,
Diligentes ensillaron,
Salieron hacia el poblado.
Y después de haber troteado,
Ya que el susto les pasó,
El Vique le preguntó,
¿ como te sientes ahora?,
Don Arturo contestó,
—no es veneno la cachora.
MORALEJA.
NADIE DEBE DE CONFIAR,
NI HACER CASO A LOS MURMUROS,
PORQUE LES PUEDE PASAR,
DE QUE AL VIQUE
OLEGARIO Y DON ARTURO.
Virgilio Murillo Pérpuli.
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