De la inocencia, la indecencia y tantita liviandad.
Cuando se iba a la matinée del Cine Juárez o el Cinema La Paz o el Premier que llegaría después a ser considerado como de más caché,
Cuando se iba a la matinée del Cine Juárez o el Cinema La Paz o el Premier que llegaría después a ser considerado como de más caché,
Yo tuve una amiga a la que conocí dos veces. Le brillaban sus ojos azules y le latía siempre su corazón apasionado como si fuera eterno.
No sé si con esto de la globalización, la costumbre se haya generalizado o desde antes ya era así, pero, al menos en México, hay una forma de llamar a las cosas que a mí me fascina o me causa algo como ternurita.
Hay cronistas que no se percatan que lo son pero saben contar y departen bellas historias.
A pesar de los hechos violentos que México registra, ascendentemente, desde hace muchos años, estoy seguro que, un día, habrá de ser uno de los países más tranquilos del mundo.
Se lo juro: en estatura, rasgos y complexión, me hizo recordar de inmediato, al otro defensa central del Atlante, allá a finales de los 70, principios de los 80.
Aquella vez, la anterior a esta del domingo, en la ciudad había otro circo: ese que habían hecho las autoridades a partir del brote de influenza AH1N1 y que llenó de paranoia o psicosis al país entero
Cuando salí de la prepa yo tenia el propósito de irme a la UNAM o a la Universidad de Guadalajara .( ni idea tenia como ,pero yo quería irme)
Todo cambió cuando me puse la máscara de El Santo. Fui a mi casa y, cuando regresé, él aún se hacía el gracioso a mis costillas.