Virgilio Murillo Perpuli

Hermosa flor de pitahaya,
que engalanas el desierto,
Eres bella y admirada,
a pesar de tu aislamiento.
A la que constante sueño

Hace tiempo que he querido,
Recordarte estos momentos,
Que los tuve retenidos,
yo no supe los motivos

Un día se lamentaba,
que se sentía muy sola.,
Por eso se la pasaba,
Noche a noche en el Bic Bola

Dios te de fuerzas y bríos,
Pa” que rescates tus vacas,
De este prolongado estío
No te importe si están flacas,

Bajo un cielo despejado, con un sol de calor quemante. “El piturria” bajaba del cerro, con un burro cargado de biznagas, para ser rebanadas en el corral a las pocas reses que estaba dejando la terrible sequía, el panorama no le Auguraba esperanzas de llovizna alguna, ya que había pasado el 4 de octubre día del “cordonazo”.

Siempre alegre y muy formal,
fue mi orgullo ser tu amigo,
Pa” Lazar toro puntal,
eras el más aguerrido.

Invité al Señor Mercado
A un partido de “ futbol,”
Me contestó el condenado,
No me llama la atención.

lega Marcelo Cota muy entusiasmado con Don Alberto le dice que se va ir a trabajar, a la isla de San Marcos, porque dice el Cabete, que allá pagan muy buenos sueldos