Evocaciones de Sudcalifornia

El Toro abandonado II

Virgilio Murillo Pérpuli

El tiempo es imperdonable/ no da vigor perdurable,
Mis cuernos se resecaron/ mis pezuñas se arriscaron,
Cada día estoy más pesado/ con dificultad camino.
Mas calma mi desatino/ un detalle siempre grato,
Ver patente mi retrato,/ es mi gran satisfacción,
Ver a mi generación/ de tal placer no me privo,
Es mi único incentivo.

Cuando apartan las vaquillas/pintas, prietas, mascarillas,
Retozonas y coquetas/ propias para el apareo,

Con resignación las veo/ relamiéndome las getas.
A unos compañeros míos/ los arrearon pal’ corral,
Ahí dijo el caporal/ por no cumplir su cometido,
Procedamos a castrarlos,/a la engorda incorporarlos,
Y antes de los fríos de enero/ mandarlos al matadero.
Si con ellos me cotejo/soy de su edad o más viejo,
Y no tengo más remedio/ que correr la misma suerte,
Castrazón, engorda y muerte.

Por eso aquí escabullido/,en el fondo y en lo hondo,
De esta profunda cañada,/cortado de mi manada,,
Pidiendo al supremo Ser/ ya que eterno no he de ser,

No permita que me humillen/ a mí que no me “ anobillen”,
Yo prefiero aquí en el monte/ ser pasto del zopilote,
Pero si morir entero.

MORALEJA.
Hoy llegué a la conclusión,/ yo me juzgo con prudencia,
Mala es la comparación,/ y poca la diferencia.

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