San Miguel de Comondú B CS.
En la década de 1940, un candidato, citó a una junta en la Delegación, con la promesa de ponerle pavimento al camino del pueblo, a cambio de que los huerteros pusieran la mano de obra y el gobierno se comprometía a autorizar el presupuesto.
Los vecinos muy entusiasmados, de inmediato formularon una lista, varios se apuntaron con un peón, otros con dos, mi Tata Reyes Murillo Ozuna, parándose el cuello se apuntó con diez. La dichosa lista quedó en manos del candidato de marras. Agradeciéndole a mi Tata, tan generosa aportación.
Ya estando en la casa, mi papá le reclamó a mi Tata,—que ocurrencias, de ofrecer diez peones, que no les vamos a poder pagar. Mi Tata contestó con mucho desplante,— no seas simple, ese político no se va a volver a parar por aquí. Y así fue como Jamás lo volvieron a ver. Y el camino tuvo que esperar 70 años que ni a mi tata ni a mi papá les tocó transitarlo.
Virgilio Murillo Pérpuli.
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