San Miguel de Comondú B C S septiembre de 1955
El subdelegado, con un gesto de buena voluntad, le ofreció a mi Padre el
honroso puesto de policía, que mi padre se negó a aceptar aduciendo no
ser el indicado, por ser obeso y corpulento, con mas de 40 años, le era
imposible perseguir a los jovencitos “desmadrosos”
que por las noches se colaban entre las huertas más ágiles, valientes y
escurridizos que las “chureas”. Burlando a los guardianes del orden.
Don Ismael le dijo a mi padre,– no te preocupes primo, tu nomás toma
nota y repórtamelos, yo me encargo de sancionarlos, total que mi padre
accedió de buen talante a tan apremiante e inusual cometido.
Un problema que enfrentó mi padre, fue que lo llaman para que retirara a
un sujeto que se encontraba muy “chispo”, tirado en la banqueta de una
honorable familia, lanzando improperios a diestra y siniestra, a propios y
extraños.
Mi padre, haciendo gala de su peculiar fuerza, lo agarra y arrastra
fuertemente del cinturón, el sujeto se levanta entre asustado y sorprendido
le dice, SUELTAME TANQUE RUSO ¿Qué no ves que ya me incorporé?,
Diciendo esto se dispone a acompañar a mi padre con humildad y
mansedumbre a la cárcel sin techo de mi pueblo.
Virgilio Murillo Pérpuli.
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