Evocaciones de Sudcalifornia

Vine de lejos, cruzando mares

Miguel Ángel Castro Avilés

Cuando salí de la prepa yo tenia el propósito de irme a la UNAM o a la Universidad de Guadalajara .( ni idea tenia como , pero yo quería irme).

Mi familia, en cambio, por muchas razones deseaba que me quedara en La Paz a estudiar Economía o lo que fuera pero que me quedara.

Las razone$ eran obvias.

Antes habían hecho el intento por anclarme ahí, convenciéndome de que hiciera el examen en la Normal Urbana, con miras a ser maestro pero, para mi fortuna, no lo pasé.

Una mañana de sábado ,después de jugar una cascarita vacacional en la calle, un amigo de infancia que ya vivía en Hermosillo( él si había pasado el examen en la Normal y ya ejercía como maestro acá) sugirió: ¿ Y porque no te vas a la unison?.

La pregunta quedó en el aire como quedó ese balón que fue a estrellarse en ese poste del terreno que habíamos limpiado para jugar ,como los grandes ,en un campo ,antes que en la calle nos machucara un carro pero la sugerencita no pasó desapercibida en algunos miembros de mi familia pues lo vieron como el punto medio entre quedarme en La Paz a vestir Santos y mi terquedad por romper el cordón umbilical e irme.

Como era algo mas cerca y era una universidad casi gratuita, eso fue lo que destrabó el dilema familiar de, entre quedarme en La Paz, o salir a buscar un futuro.

Se preparó todo, un mes de agosto de 1984 me vine a inscribir y desde entonces ando por estos lares.

El amigo y profesor que propuso venirme se llama José Alfonso Medina, así que si tienen algo que reclamar, ahí reclámenle a él.
Aquí sigo, pero no obstante, jamás se pudo cortar ese cordón umbilical y esto no hace más que confirmar lo que dice Octavio Paz, de que nunca cortamos el chingado cordón, solamente lo estiramos.

Lo de «chingado» no es de Paz, es aporte mío, aún cuando el premio nobel haya disertado en una sus más destacadas obras sobre esa palabra o palabrota.

Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putas),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, glttobos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gtallo galante,
tuérceles tel gaznate, cocinero,
desplúmalas
Etcétera

Esto no viene en dicho libro pero es un poema que me gusta de él y ya.

Les estaba diciendo del porque y como es que llegué a este lindo Hermosillo, pueblito sencillo a estudiar la carrera de leyes, como solían decir antes, por más que que uno que otro terapeuta llegue a decir que los motivos para salir de aquellos lares fueron otros o por más que el viajero que huye tarde o temprano detiene su andar.

Desde entonces he podido hacer amig@s tanto de la generación correspondiente a la propia escuela de Derecho como en las otras carreras, sea como condiscípulos o sea con los maestros que tuve o de otras carreras, gracia a ese paso por el consejo universitario.

En esa comunidad universitaria de la cual, según la ley orgánica, sigo formando parte, había de dulce, de chile y de manteca, pero además, para mí consuelo, hubo y hay, por mas que ya no estén, físicamente , mucha raza de La Paz , como estudiante ( cuando yo llegué solo habíamos dos y la otra persona se regresó por nueves razones que esperar ) y mucha más , de la baja California Sur , en lo administrativo ,estudiantil o académico .

Por motivos que ahora no contaré , en una ocasión quiso impedirse que los aspirantes de sudcalifornia no fueran admitidos como estudiante que .Amen de la arbitraria decisión , quienes de allá veníamos , solo queríamos sumar y así lo hicimos y así se ha hecho por parte de los descendientes de guaycuras, cochimies o pericues que hemos tocado tierra sonorense para ingresar a la Unisón y después ser un profesionista fuera o dentro de ella.

Aunque no parezca , somos buenas gentes y si nos hemos quedamos aquí es para aportar . Se los juro.

Admito que no tengo un padrón pero somos un chingo que de la península, llegamos por cinco años y, sin embargo, aquí seguimos.

No tengo la representación de nadie pero me atreveré a darle las gracias a esta capital por recibirnos y por aguantarnos no sé hasta cuándo.

Quizá hasta el día que volvamos al punto de partida o hasta que una mañana de pronto ,nos vayamos ,repentinamente, como pasó hoy con José Peralta Montoya, El Pepe, este hombre tan vital y tan entero que muy tempranito se fue a seguir su historia en otro plano ,como dicen ahora.

Hasta pronto, amigo y paisano. Que un búho te ilumine en tu nuevo camino, donde exista luna llena y, como en ese, tu Cachanía, desde la comodidad de un catre, se puedan contar las estrellas.

Hasta pronto, amigo. Allá nos vemos.

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Miguel Ángel Avilés Castro
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