De héroes y memoria
Era mi ídolo el Manuel, hijo menor de doña Chayito. Vivía en una casa que estaba a tiro de piedra de la mía. Su padre era leñador
Era mi ídolo el Manuel, hijo menor de doña Chayito. Vivía en una casa que estaba a tiro de piedra de la mía. Su padre era leñador
La recua es la única manera de bajar mercancía de la sierra desde San Gregorio, –me dice Francisco, mocetón de 17 años–: los burros para la carga y la mula como cabalgadura. Recuerda la vez que bajando, tumbó con el riflito 22 un borrego cimarrón que, mansito,
“Y que van llegando los gringuitos al pueblo. Eran chavalones algo fachadientos y bastante greñudos que fumaban mota y oían rock todo el santo día. Eran varios, no va a crer.
“Habrá que decirle adiós a nuestro lenguaje común, ese medio de expresión que los californios del desierto utilizaron durante siglos para comunicarse con sus pares
(La observación fue el 3 de junio de 1769 – Ya habían expulsado a los jesuitas, Mozart estrenaba rolas, nacía Napoleón Bonaparte, se fundaba Guaymas)
“Habrá que decirle adiós a nuestro lenguaje común, ese medio de expresión que los californios del desierto utilizaron durante siglos para comunicarse con sus pares