San José de Comondú. 19 de marzo de 1955.
En la antigua Misión de San José, Hubo un gran baile de gala, para celebrar dignamente las fiestas del Santo patrono del pueblo.
Aquel estrepitoso baile terminó de madrugada, armándose un zafarrancho, con pedradas botellazos y altisonantes mentadas de madre al por mayor, al grado que tuvo que intervenir el policía José Salvatierra, tirándoles unos balazos al aire para calmar los ánimos y dispersar a los enardecidos rijosos.
Ya de madrugada llega Reynaldo muy “escueto” a su casa, cautelosamente se acurruca, en su catre con la ropa y los zapatos puestos para no hacer ruido, se cobija de pies a cabeza con una “cuilta” para no molestar con sus “ronquidos” y muy temprano lo despierta su hermano el “Tomito”, que muy molesto lo encara de esta manera:
—Ya supe que anoche se desató una trifulca con un gran escándalo que hasta balazos hubo, ¿qué no te da vergüenza andar de revoltoso?,
Reynaldo con voz trémula y destemplada, descobijándose apresuradamente contesta, — SI ES CIERTO, ¡ME DIERON UNOS BALAZOS, PERO NO ME DOLIERON,– rápidamente se vuelve a cobijar .para seguir soportando la espantosa cruda.
Cuentan que el regaño terminó amenizado con una sonora “carcajada” de ambos.
Virgilio Murillo Pérpuli.
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