Evocaciones de Sudcalifornia

Rolando

Rolando - Miguel Angel Aviles

Rolando es el técnico que le da servicio a mi compu que tengo en casa y la que está en nuestra oficina .

Una ya muy vieja que me la entregaron como dación de pago o como un acto de generosidad de un hombre agradecido, quien hace poco se fue a ese plano como hoy le llaman al cielo ( o al infierno ,ya no sé) y la otra, un tanto más nueva, que me vendió alguien que se dedica a eso pero que, sin duda alguna , le tocó escuchar la voz del Claudio algún sábado como tantos , quien interpretaba esas rolitas country al puro fregazo, poniéndole todo el corazón por delante ,ese que le falló de golpe esta semana y se fue allá donde están toda esa gente que queremos mucho y que ,según algún algunos, nos están esperando.

Ya les hablaré de ellos porque ahorita creo que aún no estoy preparado.

Más bien quiero contarles de Rolando y como es que, gracias a él, constaté una vez más que la gente honesta o lo gente buena ni pertenece a una clase social determinada ni tampoco a un oficio o a una profesión determinada. Todo lo que se diga, contrario a esto, es prejuicio o una equívoca apreciación sobre eso que le llaman condición humana.

Él me ha sacado de muchos apuros sobre todo en relación a mis compus y, si otro fuera, ya me hubiera chingado. Pero no. Ha hecho su trabajo con decencia y confiando, a veces, solo en mi palabra como yo he confiado en la de él cuando diagnostica algún mal o cuando se tiene que comprar alguna pieza.


Ya les dije: mi compu es viejita pero le he sacado jugo y en gran medida es gracias a Rolando, sin negar que antes de él, otros pudieron echarle los kilos pero no todos fueron tan sobresalientes como míster.

Hoy le rindo tributo porque lo que más reciente que hizo fue instalarme lo que para esos casos se tiene que instalar, a fin de que se puedan leer aquellos disquete C o 3 y medio que hace un tiempo era lo máximo y en los cuales guardé información que, al menos para mí, era muy importante.


Eso no era un capricho mío. Nel. Era el afán, casi obsesivo, de rescatar la información que se pudiera, guardada en esos polvosos disquettes que por ahí tenía arrumbados sin perder las esperanzas de un día extraerles lo que ahí dejé.

Pues bien, gracias a la chamba de Rolando, en estos pandémicos días he rescatado archivos tanto en lo abogadil como en lo periodístico y literario que ni yo me acordaba que tenía.

Bravo !

Rolando pudo haberme dicho, sin ambajes que eso no se podía o que me dejara de cosas o que, a cambio de ello, le debería de bajar las perlas de la virgen. No. Él supo hacer su trabajo, contándome lo justo.

El problema es que ahora los perjudicados serán ustedes, pues me daré a la tarea de ir publicando en este espacio, algunas textos publicados ya hace años en la columneja «El Diván» que se publicaba en Párrafos allá a finales o principios de este siglo o uno que otro de carácter literario que andaba desbalagado en estos mentados disquettes y que gracias a Rolando, hoy pude recuperar unos cuantos.

Que maravilla que haya personas como Rolando y ,gracias a él, recuperar el pasado que vale la pena.

Es como si tuviera en mis manos esa compu, recién estrenada que me dio ese hombre agradecido o como escuchar a Claudio y su voz aguardentosa, cada sábado y cada segundo que su corazón aún latía.


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Miguel Ángel Avilés Castro
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