Evocaciones de Sudcalifornia

Allá donde vas, llegarás «safe»

«Por aquí dale derecho al carro ¿ves esa casa color de rosita enfrente de la escuela? ahí es, si, aquí puedes parquear el carro, dale más pallacito para que te quedes en la sombrita. Gracias por las galletas para el café no se hubieran molestado, pásenle por aquí, miren ese de camisa a cuadros es mi hermano Valente y el del sombrero es el hermano de mi apá, si pues ando toda desvelada, ayer nos fuimos como a las tres de la mañana porque no aguantaba ya, y hoy nomas me bañé y me vine, allá esta mi mamá y mi hermana la más grande, vamos a que se las presente. Hace calor aquí vamos afuera un ratito, miren el de camisa negra es mi hijo David, esa es su novia que viene de los Cabos, esos que vienen entrando son parientes de un rancho de aquí cerca, aquella de la blusa negra es la segunda mujer de mi hermano, su hijo era el nieto consentido de mi apá, de hecho lo pidió mucho por eso vinieron, esos son maestros vienen de La Paz seguro vienen con mi hermano Marcos.

Allá adentro hay café, agua, refrescos, al rato van a servir un caldo de pollo que hizo un primo por si quieren, esa de la blusa como de leopardo es mi prima, si la de los zapatitos negros, es muy buena gente ella, es la mamá de estas dos niñas, no, de estas no, esas otras son de un cuñado de mi hermano, ahorita vengo, voy a saludar a la comadre de mi amá, que ya casi no ve pero, mírala ahí la traen. Yo creo que ya como al mediodía llegarán los de Tijuana pues claro que tienen que venir, esa muchacha que está sentada junto a la de los ojos verdes como de gato, es hija de la tercera mujer de mi hermano, y pues prácticamente son como hermanas ellas pues se criaron juntas, porque mi hermano se juntó con su mamá, ya se le va a hacer su fiesta de quince años.

Esas dos son mis primas, son hermanas, una es morena y la otra blanca porque que mi tía es descolorida pues, ese de la camisa rosa es amiguísimo de mi apá y la muchacha que viene con el es su hija, si pues, bien bonito cabello tiene, siempre lo trae trenzado hasta abajo de la cintura, su mamá lo traía igual, pero ya no tiene mamá. Permítanme me están hablando por celular y como que es de mala educación recibir llamadas aquí, ¿no? se ve mal uno. ahoritita vengo. «¿Ya se van, pero cómo? no me digan, porque tan pronto pero si apenas estamos empezando la platicada, bueno pues les agradezco mucho que hayan venido a acompañarme en estos momentos tan difíciles para nosotros, se van con mucho cuidado por la carretera, me hablas cuando lleguen para no estar con el pendiente, que Dios las bendiga y gracias por haber venido».

Nada como un velorio en Todos Santos, sin llantos hipócritas ni histéricos, ni rosarios, ni sermones, ni chorrazos de agua bendita. Aquí con un buen caldo de pollo que hizo un primo, tu esposa, tus hijos, tus nietos, tus hijas, tus primos, tus demás parientes y tus amigos están despidiéndote cada quien a su manera y todos concuerdan en lo bueno que fuiste con cada uno de ellos.

Descansa en paz del cuerpo querido «Home-run» Amador. Allá donde vas, llegarás «safe» no te olvides de picharnos unas bendiciones pa aca abajo de vez en cuando.


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Malena Sorhouet
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