Grande lección me dieron estos muchachos. Ellos son Ángel Guardado y Humberto Villafaña. Lavadores de coches del Chedraui Palacio, para más señas. LLegué «rayando el caballo» a hacer la compras para Fanlap, y al bajar me dicen («Doña le limpiamos la troca?») Y yo, que solo llevo una tarjeta de crédito y nada de efectivo, con la pena me excuso y les digo… ¡Ay! y vaya que le hace falta a mi cocodrila blanca un baño, pero solo voy de rápido» dije mintiéndoles. Me meto al super, descubro que no dejé la lista, regreso al estacionamiento, y descubro a este par, echándole agua y jabón, dándole duro a los vidrios con periódico, cuando me ven venir me dicen «Doña! apoco tan pronto ya se va?» y yo…eh. diciéndome para mi misma » ay, estos cabrones chamacos, no entienden cuando uno les dice que no ahora a ver como les pago..» y en ese muina andaba cuando Humberto se me adelanta y me dice… «Ya casi queda limpia la troca… la lavada es nuestra aportación para la fundación, nosotros crecimos en una de esas, así que mi doña, no nos debe nada».
Y entonces entendí que no hay nadie que no tenga algo que darte de corazón y sin esperar nada a cambio. » Les voy a dar algo de fruta» dije yo empecinada en pagar, a como diera lugar su hermoso gesto solidario. No debí, debí ser humilde y aceptar su oferta. Porque, además, para mi sorpresa cuando salí ya no había nadie, se habían ido. Dejándome con los plátanos y las naranjas en la mano, y con una lección bien aprendida.
Si los ven, no duden en dejarles cargar sus bultos, o en invitarles un refresco, o una fruta. Ahí les encargo.
Cuando tenía 3 años, las vecinas de su mamá, le pedían que les "prestara a la niña" por una sola razón en especial, la niña hablaba como una persona adulta. Nada mejor para amenizar una reunión que una niña que sacaba frases con palabras que ni los mismos adultos reunidos ahí habían oído en sus vidas.Desde entonces, María Elena Sorhouet (La Male) tuvo muy claro todo el poder y la magia que una frase o dos, soltadas en el momento menos o más oportuno en la mitad de cualquier conversación, podrían provocar en las vidas de las personas. Desde entonces las palabras y toda la gama de emociones que éstas arrastran consigo, se han vuelto parte definitiva de su persona Todo esa gran carga de luz, comedia, drama y celebración que cabe en una historia y que es inherente al ser humano, algo tan básico como una necesidad primaria de narrar al semejante algo que pasó, es razón y motivo suficiente para soltarse contando cosas, encontrar y acomodar los sentimientos, las situaciones personales vivídas ( el amor, la familia, los lugares, las personas) que siempre han caminado con ella a lo ancho y lo largo de su viday quees de ahí, de esa bolsa personal de vivencias, de donde ella echa mano para compartir algo con ustedes. No se considera una escritora de verdad, "sólo me gusta platicar". Y eso es lo que hace en sus relatos.Pretende que lo que cuenta lo puedan leer desde un niño, hasta un abuelo de asilo. Por eso las palabras tienen que ser ligeras, sin tanta elocuencia y rimbombancia. Hablar de las cosas simples con humildad para queacaricien y acompañen. El mundo pareciera girar más rápido cada día. Nadie se detiene a contar nada, todo el mundo está metido en si mismo, nos cuesta cada vez mucho detenernos escuchar. Por eso escribe, para hacer reír o llorar, recordar, evocar, imaginar. Escribir para que no se nos olvide ser humanos, vasos comunicantes. Escribir para seguir viviendo.
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